La forma que Arguedas tuvo de luchar por la conservación de los elementos culturales de marcado acervo prehispánico fue no sólo a través de su labor como antropólogo, es decir, recolectando material de danzas y canciones, instrumentos musicales, transcribiendo mitos orales andinos, o traduciendo del quechua manuscritos coloniales, sino utilizando la literatura como herramienta de compromiso y difusión; y una de sus mejores herramientas que compuso fue “Antología”, dentro de esta obra podemos mencionar otros muchísimos ejemplos, como la tradición andina del baile de las tijeras y la visión peculiar del mundo que mantiene su danzak’, o bailarín, se trasluce en el cuento La agonía de Rasu Ñiti; o las celebraciones del cuento Yawar Fiesta se nos acercan en su mayor crudeza.
Con todo, el mayor mérito de la obra literaria de José María Arguedas radica en que la más variopinta paleta de mitos, creencias y leyendas andinos se nos pone a disposición con una mirada especial: la del sujeto que aún en el siglo XX conserva una serie de rasgos ‘menos occidentalizados’ en algunos lugares del territorio peruano.
Por: Stephanie Katiushka Carrion Rivas
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