La tensión entre armonía y conflicto en las novelas de José María Arguedas es una cuestión literaria, pero enraizada en la situación existencial del autor, una mirada más profunda vincula su literatura con el problema de la identidad peruana. En el debate celebrado en Lima en el año 1994, Gonzalo Portocarrero vio la razón de ser de la creación literaria de Arguedas en la necesidad de armonizar el conflicto: “En Arguedas hay una tensión entre concepciones del mundo y la vida muy distintas, entre sí, orientaciones culturales que muy difícilmente pueden ser sintetizadas. El arte será la manera de tratar de armonizar este conflicto tan desgarrador.”
Ante esta percepción aparece la interpretación de Mario Vargas Llosa que insiste en la armonización de Arguedas desde un indigenismo utópico, en su libro polémico La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo (1996).
A demás los estudios de cultura se imponen más que la crítica literaria, y la literatura parece perder importancia. Sin embargo, los problemas discutidos por la crítica cultural están implícitos en las obras literarias y la creación verbal por sí sola puede comunicar una voz auténtica de una cultura a los lectores de otros países.
Por lo tanto la literatura es un campo donde lo común y lo diferente no se excluyen. Posibilita ver lo otro y, a la vez, descubrir cercanías íntimas entre regiones tan distantes como América Latina y Europa Central. La lectura de la obra de José María Arguedas posibilita tal encuentro cultural y personal.
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