José María Arguedas hijo del Perú, expresión de todas las sangres como una de sus obras literarias cumbres, se cumple cien años de su nacimiento, 1911-2011, hoy más que nunca vivo y vive en el corazón y en la mente de cada peruana y peruano que quiere y lucha, en medio de este drama social que atraviesa nuestra patria, por una Patria para todos, uniendo lo mejor de la tradición cultural peruana con lo mejor y lo más avanzado de la modernidad cultural, este fue el objetivo de José María, tergiversado o malentendido por otros de manera tendenciosa y malintencionada.
En lo cultural, los aportes de José María se circunscriben al estudio, interpretación y defensa de la cultura quechua especialmente, de donde él procedía. Sus obras literarias y antropológicas como Agua, Los Ríos Profundos, Yawar Fiesta, Todas las Sangres, están ambientadas en el mundo quechua. La cultura del Mundo Andino ingresa por la puerta grande a la capital del país, Lima, gracias a Arguedas. Hasta ese momento Lima seguía siendo exclusiva en plena república de mediados del siglo XX, renuente a la cultura popular, rechazaba y ninguneaba a las culturas y hombres procedentes de la Sierra y Selva.
En lo científico, en el campo de la antropología, fue el tema central que le apasionaba, su inquietud irrenunciable, en medio de tantas dificultades, la preocupación de dar salida a tanto dolor humano, el parto de la nueva sociedad peruana, el problema de engranaje entre la cultura de la tradición andina, raíces profundas de la peruanidad y patriotismo, y la cultura de la modernidad y la contemporaneidad. La unidad y lucha de contrarios de la tradición y la modernidad, hay elementos que los excluyen uno del otro, pero los contenidos fundamentales de ambas visiones tenemos que integrarlos para dar curso a lo nuevo que está naciendo indeteniblemente.
Taita José María Arguedas comprendió la esplendorosa realidad peruana a cabalidad por eso sentenciaba: Perú país andino, infinita fuente de creación cultural; el ideal de todo peruano y toda peruana hablar en español y en quechua; el hombre andino creador de sentimiento mágico capaz de transformar el mundo inhumano en humano y la profunda solidaridad entre los seres humanos, con su entorno natural, fuente del gozo y felicidad. En una palabra la construcción del nuevo Perú con raíces y tronco autóctonos y sus ramas integradas por todas las culturas existentes. Un país de todas las sangres, justo, humano y solidario.
Por: Gian Franklyn Chiclayo Castillo
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