En el mundo postmoderno, fenómeno de la globalización y el avance científico- tecnológico, que promueve una convicción sólida en la educación por ser un derecho inalienable de la persona, que le permite una humanización y perfeccionamiento personal.
El déficit de la cobertura educativa se agudiza por la pésima calidad del servicio que se brinda en las escuelas rurales que son multigrados; es decir, escuelas atendidas por uno o dos docentes responsables de todos los grados escolares. En el Perú existen cerca de 24 mil centros educativos de primaria de menores multigrados, que representan el 73% de las escuelas primarias del país. El 32,1% de la matrícula total de primaria es atendida en escuelas multigradas y 33,9% de maestros enseña en ellas.
La zona rural, diversa y compleja por las particularidades geográficas y culturales de los centros poblados, ubicados en el litoral de la costa; otros en la sierra y también en la ceja de selva, acoge escuelas multigrados con singularidades propias pero con problemas comunes como la precaria infraestructura, mobiliario y equipamiento inexistente; aislamiento, pobreza extrema en la población; altas tasas de desnutrición, problemas de salud, y retraso escolar en los alumnos.
Resultados de investigaciones recientes sobre calidad de los aprendizajes en el Perú, muestran las significativas diferencias entre los rendimientos promedios de los estudiantes de las zonas rurales y urbanas en el Perú, con claro perjuicio para los primeros, lo que pone de manifiesto el profundo problema de equidad que aqueja el sistema educativo peruano.
Por último, si bien la Educación Rural, en estos tiempos ocupa un espacio central en las políticas educativas; prueba de ello son los innumerables proyectos educativos rurales que se ponen en marcha para superar la depresión de la Escuela Rural; algunos orientados por el Ministerio de Educación; otros por la Sociedad Civil Organizada, es necesario incorporar los Proyectos de Educación Rural con integralidad en el tratamiento de los problemas que abarque las dimensiones pedagógica, cognitiva y afectiva de los agentes de la educación, pero también la dimensión social y ética que enmarquen las decisiones que se toman con respecto a los procesos que se dan en el ámbito rural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario