Arguedas vivió un conflicto profundo entre su amor a la cultura indígena, que deseaba se mantuviera en un estado "puro", y su deseo de eximir al indio de sus condiciones económicas y sociales. Se puede decir que la añoranza a las formas tradicionales de la vida andina hizo que postulara un estatismo social, en abierta contradicción con su adhesión al socialismo.
Su obra revela el profundo amor del escritor por la cultura andina peruana, a la que debió su más temprana formación, y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo peruano.
Ya desde sus primeros relatos se advierte la problemática que terminaría por dirigir toda su escritura: la vida, los azares y los sufrimientos de los indios en las haciendas y aldeas de la sierra del Perú. Allí también se presenta esa ruptura esencial de dos grupos, señores e indios, que será una constante en su obra narrativa.
Por: Stephanie Katiushka Carrion Rivas
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